Cuando nos ponemos manos a la obra en la cocina, ya sea desde preparar los ingredientes, hasta terminar de limpiar todo, solemos hacerlo todo en modo automático y, normalmente, replicamos y mimetizamos todo aquello que hemos visto en casa desde pequeños o en la televisión.
Es por eso, que hay muchos truquillos que, a veces, no conocemos porque nadie nos los ha enseñado. Nosotros te dejamos 7 consejos en este artículo que ¡nos hubiese encantado conocer mucho antes! Algunos te ahorrarán tiempo, o te harán la vida en la cocina mucho más fácil, y otros mejorarán el sabor de todas tus recetas.
¡Pruébalos y cuéntanos qué tal!
1. PON TUS GRANOS Y LEGUMBRES EN REMOJO ANTES DE COCINAR
Tanto si la legumbre, semilla, o grano que vayas a cocinar te pida un tiempo en remojo como si no, te recomendamos poner siempre en remojo por un mínimo de 4 horas cualquier grano, semilla o legumbre antes de hervirlo o cocinarlo.
- Ahorrarás tiempo y energía ya que reduce el tiempo de cocción.
- Reduce algunos de los anti-nutrientes como los polifenoles, taninos y ácido fítico, por lo tanto, mejora la absorción de nutrientes importantes y minerales presentes en el alimento como la proteína, hierro, zinc y calcio.
- Facilita la digestión y elimina los componentes que generan estos gases tan molestos.
¡Haznos caso! Pruébalo y verás como tu cuerpo te lo agradecerá. Eso sí, cuando vayas a cocinarlos, ¡no olvides colarlos y usar agua nueva!
2. COMO CONSEGUIR QUE TUS ESPECIAS DUREN MÁS
Las especias son uno de los ingredientes secretos de toda cocina, y de nada sirve si han perdido el aroma o sabor.
Nuestro secreto, es comprarlas siempre enteras y guardarlas en un lugar seco y fresco. De esta manera, cuando las necesitemos, moleremos con un molinillo la cantidad necesaria y volveremos a guardarlas. Es justo después de molerlas que las especias sacan más aroma y sabor.
Sabemos también, que esto no es lo más fácil/cómodo, por lo que, si simplemente compras las que ya están molidas, añade unos granos de arroz seco en el tarro donde las guardes ¡para evitar que cojan humedad!
3. PELA EL JENGIBRE O RAÍZ DE CÚRCUMA CON UNA CUCHARA
Si somos sinceros, nosotros nunca pelamos ni el jengibre ni la raíz de cúrcuma. La piel es muy fina y, además, las recetas siempre suelen pedirlo rallado o cortado bien pequeño por lo que ganas en aporte nutricional y ni la notas a la hora de comer. Ni en la textura ni en el sabor.
Sin embargo, si todavía quieres pelarlo, ¡usa una cuchara pequeña! Veras que fácil es, te ahorras los riesgos de cortarte con un cuchillo y mantendrás toda la carne de la raíz entera.
Eso sí, pela siempre el jengibre o la raíz de cúrcuma si las raíces son viejas y ves que la piel empieza a arrugarse, pero ten en cuenta que entonces sí que necesitarás un cuchillo para deshacerte de la piel.
4. USA UNA SERVILLETA DE TELA O UN TRAPO DE COCINA PARA EVITAR QUE TU BOL RESBALE
A todos nos ha pasado alguna vez en la cocina, que hemos deseado tener 1, 2 o ¡hasta 3 manos más! No te preocupes, mientras mezclas tus ingredientes en un bol, te decimos como ahorrarte la mano que está aguantando el bol. Simplemente coloca debajo del bol una servilleta de tela o un trapo de cocina, así podrás mezclar y añadir ingredientes al mismo tiempo. Eso sí, ¡siempre con mucho cuidado!
5. DEJA DE PELEARTE A LA HORA DE MEZCLAR LAS CREMAS DE FRUTOS SECOS
Que rabia nos da cuando queremos añadir un poco de crema de almendra 100% a nuestra avena con leche por la mañana y ésta está toda compacta con una capa de aceite flotando.
Esto pasa porque las cremas de frutos secos naturales no llevan ningún tipo de estabilizante (como por ejemplo el famoso aceite de palma) y, por lo tanto, especialmente cuando hace calor, los aceites se separan de la crema. Esto se llama sinéresis.
La solución es fácil. Guarda tus botes de cremas de frutos secos boca abajo. Esto fuerza a que el aceite se mezcle con la parte sólida y, si con el tiempo, vuelves a encontrarte con que el aceite está debajo de todo y la parte sólida arriba, guarda otra vez boca arriba.
6. AÑADE ZANAHORIA CUANDO QUIERAS REDUCIR LA ACIDEZ DE TUS SALSAS DE TOMATE
Si quieres evitar añadir azúcar a tus salsas de tomate para corregir la acidez, te damos un truquito infalible. Pela una o varias zanahorias (según la cantidad que quieras corregir) y déjalas hervir en tu salsa.
Antes de servir puedes, simplemente, retirar la zanahoria de la salsa si no quieres encontrártela, pero a nosotros nos encanta añadirla cortada a trocitos o rallada y, así, consumirla conjuntamente con la salsa de tomate.
7. COMO SALVAR UNA SOPA O UN CALDO CUANDO NOS HEMOS PASADO CON LA SAL
Que levante la mano quien se haya pasado con la sal, alguna que otra vez, a la hora de preparar un caldo o una sopa. Y que levante la mano, otra vez, quién se haya acabado comiendo la sopa, aunque las papilas gustativas se quejen por la cantidad de sal.
Tranquilo, te damos un truquito que te vendrá muy bien la próxima vez que, por error, añadas un poco más de sal de la cuenta. Simplemente corta a gajos una manzana o una patata y añádelo en tu Cocotte KUOKO. Déjalo hervir durante unos 10 minutos, retirarlo de la sopa o caldo y ¡listo para servir!