¿Buscas una receta fácil, rápida y deliciosa? Te presentamos esta sopa de guisantes y menta, perfecta tanto para disfrutar caliente en invierno como fría en verano. Esta receta es una versión ligera y refrescante de una tradicional sopa del norte de Europa, común en países como los Países Bajos, Suecia, Finlandia y Alemania. Con ingredientes sencillos que seguramente ya tienes en casa, ¡será tu nueva favorita!
La sopa de guisantes y menta es ideal para quienes buscan un plato saludable, lleno de nutrientes y sabor. Además, su color verde vibrante hará que sorprendas a todos con su presentación.
Ingredientes para la sopa de guisantes y menta
- 500g de guisantes congelados
- 1 diente de ajo
- 1 cebolla mediana
- 625ml de caldo de verduras (puedes usar agua con una pastilla de caldo concentrado)
- 2 o 3 cucharadas de zumo de limón recién exprimido
- 1 manojo de hojas frescas de menta (ajusta la cantidad a tu gusto)
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta al gusto
Cómo hacer la sopa de guisantes y menta
- Calentar el aceite: En una olla (preferiblemente una cocotte de cerámica), calienta a fuego bajo una cucharada de aceite de oliva virgen extra.
- Preparar la base de la sopa: Pica la cebolla y el ajo. No es necesario cortarlos muy finos, ya que luego trituraremos la sopa. Añádelos a la olla y cocina a fuego lento durante unos 8-10 minutos, removiendo ocasionalmente para evitar que se quemen.
- Añadir los guisantes y caldo: Cuando la cebolla y el ajo estén dorados, agrega los guisantes congelados y el caldo de verduras. Sube un poco el fuego y deja que hierva durante 5-8 minutos, hasta que los guisantes estén cocidos.
- Añadir la menta y el limón: Retira la olla del fuego. Añade las hojas de menta frescas y el zumo de limón.
- Triturar: Con una batidora de mano o de vaso, tritura todo hasta que quede una crema suave y homogénea. Si prefieres una textura más cremosa, puedes agregar una cucharada de yogur o queso fresco batido. Para una versión vegana, usa yogur de coco.
- Ajustar sabor y servir: Añade sal y pimienta al gusto. Sirve la sopa caliente o, si prefieres una versión fría, deja que se enfríe y guárdala en la nevera hasta que alcance la temperatura deseada.
Consejos para disfrutar la sopa de guisantes y menta
- Versatilidad: Puedes disfrutar esta receta tanto fría como caliente, lo que la convierte en un plato perfecto para cualquier estación.
- Cocotte de cerámica: Si tienes una cocotte de cerámica, utilízala para esta receta. Retiene muy bien el calor si prefieres la sopa caliente y es ideal para evitar que los alimentos ácidos, como el limón, reaccionen con metales pesados presentes en ollas de hierro o acero inoxidable.
- Personaliza el sabor: Ajusta la cantidad de menta y limón según tu gusto. Si te gusta el sabor más fresco, añade más menta; si prefieres un toque cítrico, agrega un poco más de limón.
Beneficios de la sopa de guisantes y menta
Esta sopa vegetariana y vegana es rica en vitaminas, minerales y fibra, gracias a los guisantes y la menta. Los guisantes son una excelente fuente de proteína vegetal, mientras que la menta y el limón aportan un toque refrescante y digestivo.
¿Por qué hacer esta receta?
- Fácil y rápida: Perfecta para quienes no tienen mucho tiempo pero quieren comer sano y delicioso.
- Ingredientes accesibles: Probablemente ya tengas los ingredientes en tu cocina, ya que los guisantes congelados y el caldo de verduras son básicos en la despensa.
- Saludable: Esta sopa es baja en calorías, pero rica en nutrientes. Además, es ideal para quienes siguen dietas vegetarianas o veganas.
Tanto si la sirves como primer plato en una comida elegante o como una cena ligera y nutritiva, esta sopa de guisantes y menta será un éxito seguro. ¡Pruébala hoy y disfruta de su frescura y sabor!