No sé si os pasará a vosotros, pero para mí, cuando quiero darme un buen capricho dulce, con una receta de toda la vida, sin ningún remordimiento, hay 5 postres o dulces que se me vienen a la cabeza: un rico brownie, galleta con chips de chocolate, pastel de queso o cheescake, pastel de zanahoria o carrot cake, y como no, una buena tarta de limón o lemon pie.
Eso sí, cuando empieza a salir el sol, y a hacer buen tiempo, la frescura y ligereza de la tarta de limón se me hace irresistible. Es pensar en dulce y una buena terraza, y querer una al momento.
En mi caso, soy feliz con solo la crema de limón, así que yo la preparo sin el merengue, me parece que queda menos dulce, más ligera y más fresca, pero obviamente a gustos colores, y para mí, en este caso, a colores, bien de amarillo.
Esta receta sirve para unas 6-8 raciones, pero sale tan buena que yo la hago para 4 personas y ¡siempre vuela!
Ingredientes para la masa:
- 100g de mantequilla fría
- 175g de harina integral
- 1 cucharada de azúcar
- 1 huevo
Ingredientes para el relleno (lemon curd)
- 2 cucharadas de maicena
- 100g de azúcar moreno
- Ralladura de piel de 2 limones grandes
- 125ml de zumo de limón
- Zumo de 1 naranja pequeña
- 85g de mantequilla
- 3 yemas de huevo
- 1 huevo entero
Pasos para preparar la tarta de limón:
- Ponemos todos los ingredientes de la masa en un procesador de alimentos y lo pulsamos hasta que los ingredientes empiezan a formar una masa. Ten cuidado de no sobre-procesar la masa.
- Vierte la masa en una superficie ligeramente enharinada, acaba de ligeramente amasarla para formar una sola masa y usa un rodillo para aplanar-la.
- Añade un poco de aceite o mantequilla en el molde de tarta y coloca la masa. Dale forma a los extremos para que queden las ondulaciones del molde. No te preocupes si se agrieta, es normal, simplemente vuelve a juntarlo haciendo presión con los dedos. Agujerea la masa ligeramente con un tenedor, cúbrelo y déjalo en la nevera durante, al menos, 1h. Puedes dejarlo también toda la noche.
- Una vez la masa ya ha reposado, pon el horno a calentar a 180ºC con ventilador, y pon a cocinarla durante 20-25 minutos hasta que veas que la masa coge un color doradito y está cocinada.
- Mientras la masa se hornea, empezamos a preparar el relleno. Ponemos a calentamos una cacerola de 20cm y añadimos la maicena, junto con el azúcar, y la piel de los limones.
- Mientras batimos, vamos añadiendo poco a poco y gradualmente el zumo de limón.
- Exprimimos el zumo de la naranja y lo mezclamos con agua hasta que tengamos una mezcla de un total de hasta 200ml y lo vertimos a la cacerola. Seguimos removiendo la mezcla constantemente hasta que poco a poco empieza a espesarse.
- Una vez la mezcla empieza a hervir, apagamos el fuego y añadimos la mantequilla. Seguimos removiendo hasta que la mantequilla se haya deshecho por completo.
- Añadimos el huevo, removiendo constantemente para evitar que se cocinen trozos de huevo. Continúa removiendo unos minutos más hasta que quede una mezcla espesa. La cerámica retiene mucho el calor por lo que no haría falta volver a encender el fuego para acabar de cocinar la mezcla, pero si la masa no se espesara suficiente, puedes volver a encender el fuego y cocinar durante unos minutos más.
- Si se quisiera cocinar un merengue, en este caso es tan sencillo como, mientras se enfría el relleno que acabamos de cocinar, batir 4 claras de huevo con 200g de azúcar (vertimos primero 100g y gradualmente vamos añadiendo los otros 100g) y 2 cucharadas de maicena.
- Una vez el relleno de limón (o lemon curd) se ha enfriado, lo vertemos encima de la masa ya cocinada y lo esparcimos bien.
- Si hubiésemos hecho también el merengue, ponemos el merengue por encima con cuidado y lo horneamos unos 20 minutos más hasta que empiece a tostarse.
Nota: Es importante utilizar utensilios de cocina 100% de cerámica, especialmente para recetas que incluyan alimentos ácidos. Esto se debe a que, al usar utensilios de acero inoxidable o hierro fundido, el ácido puede reaccionar con los metales, alterando el sabor de los alimentos y liberando compuestos metálicos que podrían representar un riesgo para la salud a largo plazo. Por el contrario, la cerámica es totalmente resistente a la corrosión y no reacciona con los alimentos ácidos, lo que garantiza un resultado libre de tóxicos y metales pesados, además de un sabor más puro e intenso.
¡Espero que esta receta te guste tanto como a mí!
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