Rodillos
Que no te falte un buen rodillo de madera en tu cocina. Úsalo para aplanar, dar forma, o extender pastas, masas, o galletas.
2 tamaños de rodillos de madera, infinitas opciones en la cocina
Aunque pueda parecer contradictorio, los rodillos que no tienen mangos son mucho más fácil de usar y maniobrar que los que sí tienen. Esto es porque tus manos están más cerca de la masa que estés trabajando y, por lo tanto, tienes más tacto y control para conseguir el resultado buscado. Además, son también más fácil de limpiar, mantener y almacenar.
¿Cómo se usa un rodillo?
Para usar un rodillo con la técnica adecuada, empieza espolvoreando, con un poco de harina, la superficie en donde trabajarás la masa. Esto evitará que se pegue. Haz lo mismo con tu rodillo, ligeramente espolvorea harina alrededor de la superficie del rodillo que usarás. Cuando tienes la masa lista para ser manipulada, coloca el rodillo en el centro de la masa con tus manos en los extremos. Empieza girando el rodillo hacia arriba, vuelve al centro, y haz lo mismo hacia abajo. Asegúrate de que la presión que ejerces no es ni muy fuerte, ni muy ligera, y que se mantiene constante. Levanta el rodillo y gira la masa 90 grados. Coloca otra vez el rodillo en el centro y ejerce los mismos movimientos. Repite hasta que hayas conseguido la forma y el grosor deseado.
¿Cómo escoger el tamaño del rodillo?
Puede parecer que no, pero distintas longitudes en un rodillo si hacen una diferencia. Usa un rodillo más corto si la masa que estás trabajando es más pequeña y si quieres tener mayor control sobre ella. Una de las ventajas de usar un rodillo más corto es que puedes manipularlo con una sola mano y usar tu otra mano para girar la masa a la vez que la estás trabajando. Esto es ideal, por ejemplo, cuando estás haciendo dumplings.
Además, para aquellas recetas que requieran de horno puedes emplear las bandejas de horno o incluso moldes de cerámica de Kuoko. Te aseguramos que además de comer de forma saludable quedará riquísimo todo aquello que prepares.